Como los mamíferos marinos son muy similares a los humanos, las especies de Anisakis pueden infestar a humanos que comen pescado crudo o poco cocinado. Entre las especies de pescado que con mayor frecuencia pueden contener en su tubo digestivo este parásito se encuentran: la sardina, el bacalao, el boquerón, el arenque, el salmón, el abadejo, la merluza, la pescadilla, la caballa, el bonito, el jurel o el rape.
La diversidad del género se ha incrementado a lo largo de los últimos 20 años, con la llegada de modernas técnicas genéticas a la clasificación científica de las especies. Se ha descubierto que cada especie que puede albergar, es el hogar de una especie de Anisakis, bioquímica y genéticamente identificable y que reproductivamente se encuentra aislada.
Las especies de Anisakis tienen un complejo ciclo vital que las conduce a través de varios hospedadores a lo largo de su vida. Los huevos, tras embrionar, se abren en agua de mar y los crustáceos se alimentan con las larvas 2. Estos crustáceos infectados son devorados por un pez o cefalópodo (calamar, pulpo), el nematodo se aloja en las paredes de los intestinos y se protege con una capa para madurar a larva 3. Normalmente se encuentra en el interior de las vísceras, aunque ocasionalmente pueden estar en otras partes como por ejemplo el músculo o bajo la piel. El ciclo vital se completa cuando un mamífero marino (un cetáceo o pinnípedo) se alimenta de un animal infestado. El nematodo se aloja en el intestino, se alimenta, muda dos veces más, se transforma en adulto, se aparea y desova soltando los huevos en el agua marina mediante las heces del mamífero al que parasita.
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