Hay pocas cosas tan poco apetecibles como un vino blanco joven tomado a temperatura ambiente en verano, o un tinto de categoría, profundo y complejo, servido a menos de diez grados centígrados.
Conviene saber que a cada tipo de vino le corresponde una temperatura de consumo.
Los vinos blancos, el fino y la manzanilla, los rosados y los espumosos Deben beberse entre los 6 y los 10°C.
A menos temperatura no expresarían sus cualidades aromáticas.
Los tintos jóvenes y ligeros Les viene bien una temperatura en torno a los 13-14°C
Los tintos de categoría, maduros y complejos Exigen entre 17 y 19°C
Un tinto excesivamente frío presenta un perfil aromático plano. Un tinto demasiado caliente siempre resultará alcohólico y desequilibrado: perderá una buena parte de sus mejores cualidades.
Cuál es el vino más adecuado La relación entre vino y comida puede buscarse por afinidad o por contraste de sabores, aunque hay quien es partidario de tener en cuenta la textura o el aroma de los platos a la hora de combinarlos con el vino. El gusto personal y la experiencia son la mejor guía al respecto. No obstante, existen algunas pautas suficientemente contrastadas que conviene no perder de vista.
Blancos ligeros Crustáceos cocidos, pescados blancos poco condimentados (cocidos, a la plancha, a la barbacoa), fiambres poco especiados. Penedés, Rioja, Chacolí, La Mancha, Valdepeñas.
Blancos con cuerpo Crustáceos a la parrilla, moluscos de concha (ostras, almejas), pescados de sabor pronunciado. Rías Baixas, Rueda, Alella, Costers del Segre.
Blancos criados en madera Pescados y mariscos fuertemente condimentados, carnes de pollo o ternera a la brasa, ahumados, pescados marinados. Penedés, Navarra, Somontano, Rioja, Costers del Segre.
Rosados Pescados azules (sardina, bonito, atún, jurel), paellas y arroces secos de carne, pasta italiana, menestras de verduras, carnes de cerdo y pollo. Navarra, Valencia, Rioja, Ribera del Duero.
Tintos jóvenes Asados de cordero, carnes gelatinosas (morros, manos de cerdo), estofados de carne, pollo asado, asados de ternera, quesos de corta y media curación. Rioja, Ribera del Duero, Jumilla, La Mancha, Valdepeñas, Alicante.
Tintos maduros Carnes rojas de vacuno (buey, vaca) asadas o a la parrilla, caza mayor (ciervo, jabalí, corzo) y determinadas especies de caza de pluma, como becada o paloma torcaz. Salsas complejas. Rioja, Ribera del Duero, Penedés, Priorato, Somontano, Navarra.
Espumosos Aperitivos y canapés, pescados y mariscos en general. Cava. Champagne.
Finos y manzanillas Frituras de pescados, gambas y langostinos cocidos, salazones de pescado, jamón y lomo ibéricos. Jerez, Montilla-Moriles.
Blancos dulces Frutas, foie-gras, quesos azules (Cabrales, Roquefort). Rioja, Alicante, Toro, Valencia, Navarra. Pedro Ximénez y olorosos dulces.
Excelentes recomendaciones.